Poco a poco en el horizonte se podía admirar como recientemente se asomaban los primeros rayos del sol, era una pequeña lucha entre el cielo oscuro que muy pronto se uniría al cielo claro y mientras más pasara el tiempo perduraría y ganaría el cielo claro y azulado que siempre se veía por las tardes
Un niño de cabello castaño se encontraba de pie al frente de una ventana admirando el cielo muy pensativo, la joven de cabello rosa que se encontraba de pie al frente de la mesa con su bolsa guardando las cosas necesarias que ocuparía ese mismo día se había dado cuenta del extraño comportamiento que el niño de 10 años tenía ese día, lo observada en algunas ocasiones hasta que miro el reloj de la sala para darse cuenta que esos cinco minutos de ventaja que tenía ya habían pasado muy rápido y necesitaban apresurarse si querían llegar temprano. -Eugenio, es hora de irnos- Le hablaba la chica muy dulcemente al joven castaño, el sin decir nada solo se volteo para tomar su mochila y caminar hacia la puerta de salida -Eugenio ¿Sucede algo?- pregunto la joven preocupada pero no recibía respuesta alguna, solo escucho como se abre la puerta y esta se mantiene así. -No entiendo a ese niño-
Toma su bolsa y sale de su casa mientras cerraba la puerta y se alejaba de esta misma por el pasillo del edificio; ya en el auto en donde se encontraba el niño con el cinturón ya puesto sin mirar ni siquiera a la mujer de su lado -Bien, si no se te olvida nada más, creo que podemos irnos- enciende el auto y se ponen en marcha a la escuela de Eugenio, en todo el camino ambos guardaron silencio, no tenían interés de hablar uno con el otro a pesar de que apenas llevaban una semana y media juntos ambos parecían tener la misma actitud y el mismo orgullo que les impedía hablar o comunicarse con la otra persona -Bien, llegamos...- Jade abre la puerta y sale del auto para acompañar a Eugenio hasta la puerta aunque esta solo quedara a unos centímetros -No es necesario que vengas, con que me dejes y yo me acerque es más que suficiente.-
Jade evita mirar a los ojos a su sobrino -¿Ha si? Bueno pues como tu tía yo puedo venir y acompañarte si se me da la gana, no prestaré atención a los comentarios de un niño- El comentario de Jade no le agrado a Eugenio por lo que lo hace enfadar y le grita -¡Puedes dejar de comporte como una niña! ¡Ya no lo eres! ¡Compórtate como una mujer de tu edad!-
Todas las personas voltean a verlo por el escandalo que había hecho mientras que Eugenio entra a la escuela corriendo. -¡Ten un buen día!- le grita Jade a su sobrino mientras se despide con una sonrisa, cuando da media vuelta para retirarse choca con un hombre de cabello oscuro -Hasta tu propio sobrino no te soporta, eso si da lastima- hace a un lado a Jade y este pasa de ella , pero antes de que continuara avanzando se detiene y voltea a verla -Deberías saber que haces mal- continuo su camino como si nada hubiera pasado.
Jade no tuvo tiempo de quejarse o de gritarle por el choque que habían tenido accidentalmente, pero cuando lo escucho no dudo en callarse, antes de gritarle muy agresivamente respiro profundamente y volteo a verlo.-Gracias, lo tendré en cuenta- Le había respondido de una manera muy arrogante -Pero tranquilo que si me odia o me ama, a mi me dará igual-
Leonardo se detiene nuevamente y se voltea a verla una vez más para acercarse a ella -¿Como te daría igual, ¿Si es tu sobrino? Acaso no te importa ser odiada por tu propia familia, no te dará miedo quedarte sola, escucha se que, no te conozco lo suficiente y que eres una adulta muy arrogante y presumida pero...-
Antes de que pudiera continuar jade lo interrumpe -No me importa, es lo único que te puedo decir pero tengo mis razones y sabes algo, ese niño...no me odiara- Leonardo voltea a ver a la chica mientras esta se alejaba de él y caminaba a su auto -¿Como estás tan segura de eso?- Jade al escuchar esa pregunta sonríe para si misma y solamente le responde -Por que ese niño se parece a mi-
Sin decir nada más Jade sube a su auto para disponerse a ir a su trabajo sin antes regalarle una sonrisa a Leonardo. ¿Por que sentía esa extraña sensación? ¿Por qué era tanto la necesidad de despedirse con una sonrisa? Era la primera vez que en mucho tiempo que tenía la necesidad de sonreírle a alguien que no fuera Santiago.
En el transcurso del día Jade se encontraba en su laboratorio haciendo algunas anotaciones y recordatorios que eran necesario, su trabajo iba algo lento y a veces era necesario esperar varios minutos, cuando pronto daría la hora para salir de su trabajo e ir por Eugenio a la escuela -Valla, a veces se me pasa el tiempo muy rápido, debería hacer el trabajo más lento para no tener mucho tiempo libre- Cuando estaba a punto de quedarse dormida una enfermera entra corriendo al laboratorio de Jade -¡Señorita!- Jade reacciona de golpe y se levanta enojada -¡Que te pasa! Debes tocar ¿Quién te crees?- El carácter agresivo de Jade y los gritos que le daba a la enfermera hacían que está le tuviera miedo por lo que algo tímida le respondió -L-lo s-siento pe-pero e-es de u-u-urgencias- Jade trataba de controlarse para no volverle a gritar a la enfermera pues si no la calmaba no entendería bien que era lo que venía a buscar.
-Bien, haber tranquila, respira y exhala...Necesito que te calmes sino, no entenderé nada- Tan solo tomo unos segundos para que la enfermera se tranquilizara y tomara el control nuevamente -Bueno, es que, el doctor, el doctor Daniel me pidió que viniera conmigo, es necesario su presencia en la sala de urgencias- Ha Jade le extrañaba tanto la petición de la señorita enfermera ya que nunca antes se le había necesitado en sala de urgencias además de que ella como tal trabajaba en laboratorio analizando diferentes sustancias que llegaban del Hospital o también se encargaba de realizar cultivos para crear medicamentos y estos pudieran ser empaquetados y enviados a seguros de la Zona, como tal Jade era una Ingeniera que se había especializado en medicina y uno de sus trabajos es la elaboración de medicamentos. -Bien, iré en seguida-
El edificio donde trabajaba Jade estaba a un lado del Hospital en donde el Doctor Daniel ayudaba en algunos momento urgentes, pues también era el encargado y dueño del laboratorio, desde los pasillos se escuchaba una voz masculina que les pedía ayuda, se veía muy desesperado y un niño venía con él pero a pesar de que lucía serio de cierta forma se veía preocupado, pues entre tanto ruido y caos tuvieron que llevar al hombre y al niño a la sala de espera.
Jade llegó muy rápido al lugar en donde se encontraba el Doctor Daniel, al preguntar que era lo que sucedía inicio a explicarle lo sucedido -Gracias por venir Jade, verás esta niña llegó con problemas respiratorios uno de sus profesores la trajo ya que sus padres no se encontraban en la ciudad y sin tener ningún numero para comunicarnos no podemos hacer nada, pues quién correría con el riesgo o en caso de necesitar alguna operación, es por eso que te llame, no puedo encargarme de esto ya que llegó otro paciente en peor estado debo estar en sala de urgencias en menos de 15 minutos para realizar una operación y por ahora se encuentran pocos doctores y enfermeros, necesito tu ayuda-
Ha jade no le convencía tanto la idea pues a pesar de que se había especializado en medicina como tal no podía realizar el trabajo de un Doctor, pero tampoco podía evitar que la gente muriera por el poco personal que había en ese momento en el hospital -Esta bien me encargaré yo- Respondió decidida y muy segura de sí, el doctor le agradeció y se llevo a otras dos enfermeras para correr por el pasillo y llegar ha la otra sala.
Una joven rubia y de ojos azules se acerco a Jade -Disculpe señorita, soy Iran la enfermera que le ayudara- Jade al escuchar a la mujer volteo a verla -Bien, entonces..- entra la habitación junto con Iran detrás de ella, se acerca a la chiquilla que se encontraba en la camilla sudando -¿Cuales son sus síntomas?- pregunto Jade muy preocupada mientras estaba intentando guardar la calma -presenta una dificultad para respirar, también tose, su profesor nos menciono que la niña le había mencionado momentos antes que sentía una presión en el pecho y hace un extraño sonido al respirar- Jade intentaba imaginar una enfermedad de tantas con esos síntomas juntos cuando de repente a la cabeza se le vino su tía que presentaba unos síntomas similares a los presentaba esta niña -¡Ya se!- dijo en voz alta mientras pensaba:
"Pero...Acaso pienso darle medicamento sin antes realizar un diagnostico seguro, un doctor no haría eso y podría ser un problema pero.." -Observa a la niña y veía como sufría- "Pero y si estoy en lo cierto y tardo demasiado, esta niña podría empeorar, ¡No importa! ¡Lo haré sin duda alguna!"
Jade sale corriendo de la habitación para entrar al cuarto en donde se guardan los medicamentos, entre todos ellos busca un inhalador, cuando lo encuentra lo toma y regresa con él para ponerlo en la boca de la chica, en cuanto Jade aprieta el tubo del inhalador y este entra en la boca de la joven niña, su respiración se estabiliza, tanto la enfermera como ella se relajan y suspiran de alivio -¿Como supo que era asma señorita?-
-Heee, bueno pues mi tía sufría de asma y presentaba los mismo síntomas que esta niña, de una u otra forma tenía que ayudarla, pues no podría verla morir pero aun así te encargo por favor que le hagas una prueba de función pulmonar para asegurarnos que sea asma y que no empeore después de que inhalara lo que le dí. -Si, en seguida, con su permiso- Iran se retira de la habitación para realizar el diagnostico a la niña pero unos minutos después la niña reacciona.
-¿Que paso? ¿Dónde estoy?-
En cuanto Jade vio que la niña ya estaba despierta y algo desorientada se acerco a ella y le sonrió dulcemente al ver que por fin había reaccionado y que había podido ayudar -Hola, soy Jade la que te atendió-
La joven de cabello castaño al ver la encantadora sonrisa de la pelirosa le contagio la sonrisa y de una forma muy amable y tranquila como era la personalidad de ella le respondió -Si, muchas gracias, creo que le cause problemas a todos-
Jade se acerco y se sentó a un lado de ella -No, no te preocupes pero dime ¿acaso cuando tus papás te inscribieron en la institución no mencionaron que eras alérgica a algo o sufres de asma? la chica agacho la mirada y se puso nerviosa -Bueno, pues...la verdad es que no lo se, solo escuche a mis padres hablar sobre mi abuela que era quién sufría de asma y que probablemente me atacaría a mi-
La joven pelirosa algo ingenua la miro sorprendida -¿En serio? bueno puede ser normal ya que la tercera generación puede sufrir de enfermedades hereditarias, pero...Me sorprende eres demasiado joven aunque el asma ataca en mayor parte a niños de 10 años-
La joven castaña sin perder la sonrisa le respondió: -No entiendo mucho de lo que dice Doctora pero tengo 10 años a por cierto mi nombre es Azura- A la joven pelirosa le parecía muy encantadora la joven castaña, pero antes de que Jade pudiera hablar una vez más con Azura fue interrumpida por un hombre que entro a la habitación muy de repente
-¡Azura! ¡Que alegría! ¿Estas bien?-
Esa voz se le había hecho muy pero muy familiar a Jade, que sin necesidad de voltear a la puerta se levanto de la cama donde se encontraba la niña y se puso a un lado.
El joven pelinegro volteo a ver a la pelirosa -¿Doctora Jade?- pregunto mientras la miraba de arriba hacia abajo, no tenía el tipo de apariencia de una Doctora y aun cuando usara bata no era razón suficiente para que fuera Doctora, todos podían usar bata y fingir ser algo que no eran.
-Si me tomas una foto te durara más- Le dijo algo sarcástica por lo que Leonardo el sonrió -No quiero que mi cámara se estrelle-
-Aun no puedo creer que tu seas la Doctora que ayudo ha Azura, ¿Por qué nunca me callaste cuando te decía que eras una mantenida de papá?- Jade esboza una gran sonrisa y se escucha una pequeña risa -Porque a mi no me importa lo que digan, me da igual, mientras yo sepa lo que soy, es más que suficiente-
Leonardo la mira -Pues discúlpame no era mi intensión ofenderte, vi que estuve en un error y que me equivoque y por eso te pido que me disculpes- Un joven de cabello castaño entro a la habitación y se acerco a la chica -¿Azura te encuentras bien? - La joven de cabello castaño se ruborizo y le respondió muy tímida -Si, muchas Gracias Eugenio- Cuando el niño se dio cuenta de que la presencia de la pelirosa la observo algo molesto -¿Que haces tu aquí?- Le pregunto Eugenio a Jade pero muy a la ofensiva, antes de que jade pudiera responder entra el Doctor Daniel a la habitación tocando la puerta tres veces.
-Hola Jade, he terminado con mi paciente y veo que tu hiciste un buen trabajo, pero...¿Aquí hay algún problema?- Preguntaba mientras veía a Eugenio, el chico al notar esa mirada intimidarte aun con una sonrisa retrocedió un poco pero sin quitar su cara de enojado por lo que en medio de ellos dos se pone Leonardo -Disculpe y ¿usted es?- enseguida quién responde a eso había sido Jade -Bueno verán no soy Doctora, tampoco enfermera, soy Ingeniera y me especialice en Medicina, por falta de personal el Doctor Daniel me pidió que le ayudara, pero mi trabajo es en el Laboratorio-
En cuanto Jade guarda silencio el doctor prosigue -Aun cuando tu lugar de trabajo sea en el Laboratorio, aquí como ayudante eres buena y por eso te llamé porque confié en que tu lograrías ayudarnos y me disculpo por entretenerte-
Leonardo al ver como mirada a Jade se sintió algo molesto..
"Que es este sentimiento, porque el si puede hablarle con toda confianza y puede sonreírle, pero al contrario con su propio sobrino hasta conmigo es muy molesta, es una molestia."
"Pero como quisiera que esa sonrisa fuera para mí, como quisiera que solo me sonriera de esa forma a mí, como quisiera...tan solo quisiera...Que fuera mi molestia, ¿Pero que carajo estoy pensando?"
-No se preocupe doctor, por suerte aquí esta mi sobrino aunque no sea buena la razón, pues al parecer Azura es compañera de mi sobrino, así que, con su permiso paso a retirarme-
Después de que el Diagnostico de Azura sale y es positivo con el asma se pone de acuerdo con el Doctor daniel sobre su tratamiento, en cuanto las cosas quedan claras para Azura y para su profesor le dan de alta así mismo un auto negro paso por Azura y Eugenio sube al auto de Jade.
-Bueno, muchas gracias por venir con mi sobrino y cuida a esa niña-
En cuanto ella también se iba a subir en su auto leonardo la detiene -El sábado sal conmigo- Jade se sorprende ante la propuesta de Leonardo y más porque la había tomado por sorpresa pero ella sin pensar le dijo -Si- ...