miércoles, 15 de junio de 2016

Capitulo 8 parte 1 de 2: Confesiones del pasado

 

En el capitulo anterior.....


Eugenio: Jade...

A jade le pareció extraño escuchar que su sobrino la llamará por su nombre y en cuanto volteo a verlo Eugenio tenía una mirada sería y llena de seguridad.

Eugenio: Quiero saber...¿Qué sucedió con está jade?

Reproduce el video en el momento donde jade estaba cantando.Todos se quedaron sorprendidos y en especial Leonardo ya que no podía creer que esa angelical voz fuera de la pelirosa, pero en cuanto jade vio el video se quedó atónita al  no poder creer la petición de su sobrino y mucho menos podía creer que ese video, de su pasado existiera.


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Ahora si, continuemos con..... "Conociendo un Amor inesperado"

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Eugenio: ¿Y bien? ¿Qué es lo que esperas?

La joven pelirosa traga saliva ya que se encontraba muy nerviosa, Santiago y Leonardo veían como Jade estaba muy intranquila, se notaba que la adulta de temperamento voraz esta vez se encontraba indefensa ante un niño de 10 años, ella misma sentía como las palabras se le iban.



Eugenio: Tía...


Esa palabra retumbo en el interior de Jade, "Tía" pero de que se trataba todo ¿de dónde había salido ese video? ¿Cómo era posible que Eugenio le pidiera tal cosa? enseguida voltea a ver a Santiago quien se encontraba muy intranquilo ya que se encontraba con la frente sudando mientras jugueteaba con las manos.


Jade: ¡SA....N...TIA.....GO!!!


Jade continuaba mirando a Santiago con mucha furia y en cuanto Santiago escucho su nombre la volteo a ver con mucho miedo y temor.


Santiago: Ja-ja-jade...


Tartamudeaba y la miraba muy tembloroso


Santiago: Tengo que irme - El se levanta corriendo - ¡Adiós! -toma las llaves de su auto y sale corriendo de la puerta-


Jade: ¡Vuelve aquí cobarde! -Da un paso al frente y con su puño lo amenazaba- ¡Enfréntate como los hombres!



Santiago al salir no cierra la puerta al contrario la había dejado abierta pues el se pensaba quedar a escuchar por lo que solo se queda a un lado de la puerta oculto detrás de la pared. Mientras tanto Leonardo la observaba con mucha calma por lo que la sujeta para tranquilizarla en cuanto jade siente las manos de Leonardo en sus hombros ella suspira y voltea a verlo, no pudo evitar sonrojarse por lo que solamente mira a otro lado.


Jade: Bien, te contaré lo que sucedió....el día que me fui de la casa.


Eugenio se sentó nuevamente en el sillón mientras volteaba a ver a su tía con una mirada muy seria y esperanzada de saber la verdad, el cielo poco a poco se oscurecía, la noche se hacía paso sobre el atardecer y la luna iniciaba a salir.


Leonardo: Es mejor que yo me valla, no debería estar aquí.

Jade: No, quédate.


Para Leonardo esa petición había sido muy extraña pero en el existía algo que le hacía quedarse porque tampoco quería irse, quería saber realmente ¿Quién era Jade?


Leonardo: Bien entonces... -Se sienta a un lado de Eugenio-


Jade se sienta en el otro sillón que se encontraba justamente al lado del sillón en dónde estaba Eugenio y Leonardo sentados.


Jade: Bien todo comenzó el 3 de Junio del 2016, ese día recién cumplía los 19 años de edad, pensaba  que sería un cumpleaños estupendo con mi mejor amigo, con mi familia y solamente nosotros, la verdad ese año y ese día esperaba ver a mi padre pero como otros años era de esperarse que nunca apareciera, "Claro" pensé "¿Como podía esperar que el apareciera? si hasta el día que nací el estaba ebrio" pero aun con la edad adulta, aun tenía una mente infantil e ingenua y siempre esperaba o al menos deseaba que ese día fuera diferente. 


Jade se detuvo por unos minutos antes de poder seguir hablando, para cualquier persona sería difícil hablar de su pasado, aun cuando lo afrontemos y lo aceptemos es algo que nadie quisiera volver a repetir o al menos que fueran momento felices llenos de alegría y ternura.


Jade: A pesar de todos los años siempre tenía que haber un mes y un día en especial que odiara y que detestara con toda mi alma, a pesar que fuera el día en que hubiera venido al mundo, no me importaba, ese día tenía motivos para ser despreciado por mí.


Eugenio: ¿Cuáles eran esos motivos?


Jade: Por supuesto que tal vez ahora no tenía sentido alguno odiar ese día pero para mí eran motivos suficientes, no obstante siempre fingía una sonrisa.


Jade volteo para mirar a Eugenio quién se encontraba muy atento ha las palabras de su tía.


Jade: Eugenio, debes saber que nuestra familia siempre fue de dinero.


Eugenio: Por supuesto, recuerdo un par de veces que mi abuela siempre le decía a mi abuelo que me diera dinero.



Jade: Valla a pesar de tus diez años eres un niño muy inteligente y si así es, si nuestra familia es de dinero es gracias a tu abuelo, pues el trabajo demasiado y se esforzó demasiado para tener dinero, lamentablemente para él, el dinero era lo más importante, jamás fue el amor, ni la ternura, pero sabía que lo sentía pues con sus "acciones" lo demostraba.


Eugenio: ¿Acciones? ¿Ha que te refieres con acciones tía


Jade: Siempre se ha dicho que las cosas se deben demostrar con acciones y no con palabras. Pues tu abuelo fue más de acciones que de palabras.


Eugenio: ¿Lo odias?


Jade: Por supuesto que no, porque a pesar de todo lo que hizo y de todo el sufrimiento que hizo pasar a tu abuela a tu mamá y a mí, nunca pude llegar a odiarlo.


Leonardo: ¿Por qué?  ¿Por qué nunca llegaste a odiarlo si tu misma dijiste que tenías motivos?


Jade: Porque era mi padre y a pesar de todo...Siempre hizo todo para darme lo mejor, para darme una buena vida, es por eso que yo siempre intente hacer todo lo posible para que el se sintiera orgulloso de mí y me viera como una autentica adulta ya no como una niña. Nunca permití que nadie me viera llorar, excepto en algunas ocasiones como Santiago o como mi mamá.


Leonardo: No puedo entender, no puedo entenderte Jade, ¿Cómo es posible que una persona no odiara a un humano que la hizo sufrir? ¿Cómo es posible que me digas que tu odiabas el día de tu cumpleaños pero no a las personas que te rodeaban? Tal vez el día no tenía la culpa sino las personas que te rodeaban.



Jade: Porque yo no quería ser como todos, porque a pesar de que yo podía odiar, no odiaba a nadie y tampoco sentía ira o envidia, porque siempre era de las personas que creían que esos sentimientos no eran buenos para el alma. Porque para mí siempre estuvo lo bueno y lo puro antes de lo sombrío.


Leonardo: ¿Qué sucedió para que odiaras el día de tu cumpleaños?


Jade: Todos los días de mi cumpleaños siempre llevaba de la escuela y cuando entraba no veía a nadie más que no fueran regalos y una carta firmada por mis padres. Todos los años era lo mismo, tres regalos y una carta, cuando regresaban a la casa solo era cuestión de esperar lo mismo de siempre ¿Cómo te la pasaste en tu cumpleaños?. Siempre fui una chica retraída y tímida, por lo que nunca pude hacer amigos, por lo que siempre estuve sola, apenas en sexto de primaría tuve mi primer perro el era el único que me esperaba en la entrada de la casa ya que la casa siempre estuvo sola.



Leonardo: Espera ¿Te ibas y regresabas sola de la escuela?


Jade: Si, mi mamá quería trabajar y yo era un impedimento por lo que le dije que no era necesario y que se fuera ella a trabajar y que yo estaría bien, ella acepto pues confiaba en que yo estaría bien, desde cuarto hasta sexto de primaría me iba y regresaba sola. Es por eso que mi único amigo era un pequeño perro.


Leonardo: Pero que descuido por parte de ella, ¿Qué tal si te pasaba algo? ¿Qué tal si te secuestraban?


Jade: Tuve que madurar rápido o bueno lo que yo entendía por "Madurar".


Eugenio: ¿Siempre te sentiste sola?


Jade: Por supuesto, siempre me sentía sola y siempre sentía tristeza en mi interior lo único que podía hacer era dormir, nunca me gusto llorar así que solo dormía, si era necesario me dormía todo el día y la tarea nunca la hacía.


Eugenio: ¿Cómo aprobaste la primaria?


Ese comentario hizo reír a jade, la primera risa en toda la noche


Jade: No lo se, supongo que era porque siempre me llevaba muy bien con los profesores o tal vez porque siempre asistía a la escuela o al menos que fuera por los cursos a los que me llevaban.


Eugenio: Ibas a clases de regularización.


Jade: Por supuesto, en primaria y secundaria y desde kínder siempre iba al psicólogo.


Leonardo: ¿Espera? desde el kínder ¿Ibas a un psicólogo?


Jade volvió a reír por lo que asintió con la cabeza mientras miraba a Leonardo quien lucia muy sorprendido.


Jade: Claro, no se ¿por qué era necesario que fuera todo el tiempo? pero...Lo era, aun hasta en universidad continuaba yendo porque era necesario, lo único bueno fue que al terminar la universidad ya no era necesario ir a un psicólogo porque ya todos mis problemas mentales e inseguridades habían sido tratadas, lamentablemente había sido tarde, porque yo ya no vivía con mi mamá.


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Hasta aquí el capitulo... ;)









 



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